El tiempo ha cincelado su historia en esta consola de espíritu rústico, donde la nobleza de la madera antigua se una a la solidez del hierro en un equilibrio perfecto. Su sobre, rescatado de un banco de principios del siglo XX, conserva la impronta de los años en sus vetas, cuidadosamente recuperadas en un minucioso trabajo.
Cada paso de esta transformación ha sido ejecutado con maestría: la madera ha sido tratada con productos antixilófagos para garantizar su durabilidad, sellada para preservar su textura y terminada con una pátina que potencia su carácter único. Sus patas de hierro aportan una estructura robusta, creando un diálogo entre la calidez de la madera centenaria y la fuerza en sus patas
Con unas dimensiones generosas de 188 cm de largo, 36 cm de profundidad y 76 cm de alto, esta pieza se convierte en un testimonio de la artesanía y la recuperación de materiales con historia. Un mueble con alma, capaz de aportar calidez y autenticidad a la estancia.